Todos los martes del año se celebra el tradicional mercado en la calle paralela al jardín Miguel Ángel Blanco.
La calle es invadida por puestos de lo más variopinto, calzado, ropa, bisutería, fruta, verduras, hortalizas, flores, etc., etc., el bullicio de la gente se mezcla con el estruendo del griterío de los ‘mercaeros’ vendedores ambulantes que gritan al viento las ofertas que traen para ese día.
Los productos de la huerta y las flores nos ofrecen una impresionante paleta de colores y olores, tomates, rosas, margaritas…
Puede que sea un mercado más, pero la verdad es que es como cada uno de los que se celebran en el municipio, singular.